La represión fue ordenada por el Juez Alberto Aragone, y dejó un saldo de veinte heridos por golpes y balas de goma entre trabajadores, profesionales, gremialistas, periodistas y vecinos que se habían acercado a participar de la defensa de la institución. El clima de conflicto por diversos reclamos llevaba varios días, y la tensión comenzó a subir cuando los manifestantes ocuparan las instalaciones del Hospital, bloqueando la Dirección donde se encontraba la Secretaria de Salud, María Rosa Sahad, a quien se le reclamaba la renuncia. Mientras esto sucedía en el interior del nosocomio, en el exterior comenzaba a congregarse una importante cantidad de gente ante los primeros rumores de desalojo y la presencia de efectivos policiales.