La ciudad de Río Grande atraviesa una dura realidad producto de la pandemia de coronavirus.

Si bien en los últimos días hay un amesatamiento de la situación general, los datos estadísticos oficiales indican que la ciudad del norte de Tierra del Fuego acumula 32 personas fallecidas por coronavirus, hay 18 pacientes internados en Terapia Intensiva y 43 en sala común.

En ese marco, a la seccional Río Grande de ATE le toca padecer la desaparición física de varios afiliados y militantes en las últimas semanas.

Este lunes se informó el fallecimiento de Gustavo Cabrera, actual dirigentes de ATE, y militante de muchos años en el gremio estatal.

“La Asociación Trabajadores del Estado seccional Río Grande, hoy llora la partida de nuestro gran compañero, gran amigo, militante, y actual integrante de nuestra Comisión Directiva, nuestro querido Cabrera Gustavo. Quienes lo conocimos sabemos de su lucha incansable por la defensa de los trabajadores. Tuvo una trayectoria gremial intachable. Formo parte de nuestro sindicato durante 40 años como  pionero en el reclamo por la reivindicación de los derechos de la clase obrera. Jamás lo freno nada, siempre su lucha fue justa e indeclinable, y donde iba marcaba su presencia con su alegría. Un hombre trabajador, solidario en todos sus aspectos, un compañero muy sabio que compartía su conocimiento y experiencias para que sus pares crecieran al lado suyo. Hoy nos duele tu partida y siempre te vamos a recordar como un gran luchador. Le hacemos llegar nuestras más sentidas condolencias a la familia, seres queridos y compañeros municipales. Que brille la luz que no tiene fin! Adiós Gustavo! Q.E.P.D.”, fue el comunicado de ATE.

La tristeza embarga a la entidad sindical. Gustavo Cabrera falleció de COVID-19, al igual que los afiliados a ATE, Ramón Corvalán, Baldomero Estrada, Rossana Rojas y Virgilio Castellano, todos por COVID-19. Además, también falleció hace pocos días otro afiliado, Roberto Bertoléz, pero por otra circunstancia.

Han sido innumerables las condolencias enviadas a familiares de las personas fallecidas a través de las redes sociales.      

Es Llorar por los que parten, y rezar por que siguen. Sin dudas, es un trágico año para la conducción de ATE seccional Río Grande. Es caerse por un golpe, y volver a levantarse porque la lucha sigue.  

Fuente: gremialesdelsur.com.ar