Una nueva muerte obrera conmociona a los trabajadores de la industria azucarera. El sábado de la semana pasada a la noche, Guillermo Alejandro Valdez, se encontraba trabajando en el ingenio Santa Bárbara, en Aguilares. El operario de 53 años realizaba tareas en la altura y, en circunstancias que se investigan, cayó al vacío. Fue trasladado al hospital de Aguilares aunque llegó sin vida al nosocomio.

La patronal -con Rodrigo Zalazar Romero como cara visible del Siambón y Zanjas- no brindó ninguna comunicación pública, buscando que estos hechos brutales se naturalicen como “accidentes” y no se vean como consecuencias de las condiciones precarias en los ingenios. Más que una “tragedia” se tratan de hechos donde los responsables tienen nombre y apellido.

La muerte de “Toty” Valdez en el Santa Bárbara es la tercera muerte obrera en los ingenios azucareros en lo que va de 2024. El 7 de marzo Julio Ángel Cruz, de 64 años, falleció tras caer de una altura de 8 metros mientras trabajaba en la destilería del Marapa. Días después, el 16 de abril, falleció Adrián González, de 27 años, luego de caer de 15 metros mientras realizaba tareas en altura en un galpón que el ingenio Concepción tiene en Alderetes. Tanto el Marapa como el Concepción pertenecen al grupo de Emilio Luque.

Días antes a esta nueva muerte obrera, la explosión de un camión cisterna en el ingenio La Corona (de la familia Arano) derivó que un joven, Julián Bulacio, sea internado con quemaduras graves y esté peleando por su vida.

El Gobierno de Osvaldo Jaldo continúa mirando para otro lado frente a las muertes obreras que son una consecuencia brutal del incumplimiento patronal de las medidas de medidas de seguridad y la garantía de los equipos de protección personal. Las patronales buscan aumentar las ganancias también con mayores ritmos de trabajo y con el avance de la precarización, por eso apoyaron la Ley Bases. La contracara es que los trabajadores azucareros están expuestos a riesgos cotidianos que pueden ser fatales.

La posición de la FOTIA es escandalosa por partida doble. Por un lado no toma ninguna medida para defender a los trabajadores, ni desde los sindicatos por ingenio ni como federación y dividiendo entre efectivos y tercerizados. Acepta que todas las zafras hayan muertes obreras mientras las patronales hablan de “cosecha récord”. Y por otro lado, guarda silencio desde la Secretaría de Trabajo provincial que ocupa con Luis González.

Frente a esto es necesario que los sindicatos y la FOTIA impulsen comisiones de higiene y seguridad integradas trabajadores elegidos en asamblea, reclamando por el cumplimiento de los protocolos, la entrega de elementos de seguridad, y contra las condiciones laborales que precarizan las vidas obreras hasta consecuencias fatales.

Fuente: laizquierdadiario.com