Adatti, especialista en protección a la maternidad y vida laboral y familiar del organismo laboral tripartito, indicó que las cifras demuestran que es necesario intensificar los esfuerzos para convencer a gobiernos, empleadores y, algunas veces, a los trabajadores, de combinar trabajo y amamantamiento.

El acceso al permiso de maternidad y a la información no son suficientes, agregó Addati, quien explicó que un lugar de trabajo favorable a la lactancia materna ofrece comodidad y privacidad para extraer la leche, un refrigerador para conservarla, un ambiente limpio y sano y servicios de atención diurna.

La ausencia de apoyo en el lugar de trabajo es motivo principal por el que las mujeres dejan de amamantar antes del permiso de maternidad recomendado (14 semanas) y regresan a las tareas.

"Aún cuando la cantidad y calidad nutritiva de la lactancia materna no están afectadas cuando la mujer trabaja, algunas veces es difícil continuar amamantando cuando regresan a las tareas demasiado pronto después de dar a luz, sobre todo si no están previstas las interrupciones y no hay instalaciones para el amamantamiento en el lugar de empleo", señaló Addati.

La lactancia materna no es un obstáculo para la productividad, ya que los estudios demuestran que probablemente las mujeres permanezcan en su empleo más tiempo si pueden hacerlo en el trabajo, que es una manera de retener a empleados calificados.

El apoyo de la lactancia materna por parte de los empleadores sólo conlleva costos limitados en términos del tiempo empleado y de la infraestructura necesaria, expresó la especialista.

Desde que el programa fue introducido, las demandas de atención médica disminuyeron en un 35 por ciento; un 33 por ciento de las madres primerizas regresaron al trabajo antes de lo previsto; la tasa de ausentismo fue un 27 por ciento inferior y un 67 por ciento pensó en permanecer en la empresa a largo plazo.

Addati explicó que en la industria del turismo de Mozambique "los trabajadores constataron las ventajas en términos de reducción de ausentismo y de mantenimiento del personal a largo plazo, una vez que se decidió establecer servicios para el amamantamiento".

Países como Filipinas y Sudáfrica también comenzaron a extender la protección a la maternidad y, en particular, los acuerdos de lactancia materna a los trabajadores informales, domésticos u ocasionales y, naciones como India, ofrecen transferencias en efectivo a las mujeres embarazadas o en período de lactancia si cumplen con algunas condiciones, como el amamantamiento.

El Convenio sobre la protección a la maternidad de la OIT número 183, aprobado en 2000, y su Recomendación 191, exigen adoptar un conjunto de medidas esenciales para ayudar a iniciar, establecer y mantener buenas prácticas en relación con la lactancia materna.

Esas medidas incluyen licencia por maternidad de al menos 14 semanas, con una remuneración del 66 por ciento del salario anterior a cargo de la seguridad social o los fondos públicos, o 18 meses con haber completo (Recomendación 191).

También prevén atención médica prenatal durante el parto y postnatal para la madre y el bebé y prestaciones en efectivo para las mujeres que no cotizan en el seguro social obligatorio; protección de embarazadas o lactantes frente al trabajo perjudicial para la salud o la del hijo; derecho a regresar al mismo cargo o similar, con idéntico ingreso y protección frente a la discriminación laboral, y derecho a una o más interrupciones o a reducción de horarios laborales para poder amamantar.