10.01.2014  |  Nacionales  |  PARITARIAS NACIONALES

Gremios opositores vuelven a la carga con la idea de desdoblar las negociaciones salariales

Atentos a las expectativas inflacionarias que ya se vislumbran en enero, algunos sindicatos plantean la necesidad de implementar acuerdos cada tres o seis meses. Los reclamos doblarían la oferta del Gobierno
 
Confirmado: la pretemporada de verano que viene haciendo el sindicalismo para llegar en forma al gran campeonato de las paritarias, en marzo, no contempla partidos amistosos. Con la excepción de unos pocos que tienen sus razones para no ir al choque, los gremios salen escalonados a poner la pierna fuerte contra el Gobierno, al que le están advirtiendo de distintas formas que van a reclamar como mínimo el doble de aumento de lo que hoy ofrece el Gobierno, que es un austero 18 por ciento.
La advertencia viene acompañada de otra: los incrementos pretendidos por la dirigencia sindical podrían ser incluso mayores, avisan, si el comportamiento inflacionario de los precios no baja el copete durante los meses del verano.
En medio del bombardeo de porcentajes que se ha desatado, comienza también a hacerse un lugar entre los sindicalistas la alternativa de implementar acuerdos salariales cada tres o seis meses, en la idea de que con esa metodología -que el empresariado rechaza en líneas generales-, los sueldos estarían algo menos expuestos al poder corrosivo de la inflación.
Analizan la variante desde el camionero Hugo Moyano, hasta su archirrival Armando Cavalieri, jefe de la poderosa Federación de Comercio. Pablo Micheli, líder de la CTA opositora, es otro que maneja esta posibilidad: "Con estos niveles de inflación, las paritarias deberían abrirse varias veces al año", sostiene. Los mecánicos (SMATA) ya están anotados hace rato para negociar por tramos.
Otros que están en la misma son los cuatro gremios nucleados en la Unión Docentes Argentinos (UDA), que ya formalizaron su pedido para discutir por semestre. Pero ni el jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, ni el ministro de Educación, Alberto Sileoni, dijeron hasta acá esta boca es mía. Los dos años anteriores, la cuestión se saldó por la vía del decretazo. ¿La tercera será la vencida?, ¿o no habrá dos sin tres?
La administración K, en verdad, quisiera llevar a largas los acuerdos. Por lo menos eso señala Axel Kicillof, ministro de Economía, aunque sin encontrar plafón en ninguna de las cinco centrales sindicales.  
Pero en esta botica hay realmente de todo. Desde la trinchera de la CGT oficialista del metalúrgico Antonio Caló, el titular de la Sanidad y diputado nacional del massista Frente Renovador, Héctor Daer, ha salido a pedir esta semana que el Gobierno convoque al Consejo del Salario, para que en ese espacio se acuerde un "piso salarial" básico.
Esto evitaría, sostiene, que "cualquiera pida lo que se le ocurra" en una coyuntura "tan complicada" como la actual. La verdad es que hoy cuesta imaginar la constitución de una gran paritaria nacional que logre abrochar un acuerdo marco que conforme a todos. La idea es apadrinada por los diputados nacionales que responden a Sergio Massa, a quien viene de decirle adiós, antes de empezar, Facundo Moyano, diputado y titular del gremio de los trabajadores de peajes (Sutpa), que ha reconocido públicamente que prefiere seguir jugando la personal "a vivir en contradicción", como le ha ocurrido con el kirchnerismo.
"Acá se viene una gran conflictividad social. Los trabajadores no podemos obviar los acuerdos salariales de la policía, que van a obligar al Gobierno a emitir más dinero. Esto va a traer más inflación, más pobreza, más inseguridad...", dijo a Infobae Gerónimo Venegas, titular de los trabajadores rurales (UATRE), quien en las paritarias del año pasado masticó la bronca de arrancarle aumentos a las entidades ruralistas que luego serían desautorizadas por el Ministerio de Trabajo. "El agravante es que el Gobierno no deja producir ni exportar. Empobreció el mercado de granos y aún más el de la carne. Ya van ocho años seguidos que no se cumple con la cuota Hilton. Mientras, Uruguay saca provecho de esta situación", protesta Venegas, puntal de la CGT Moyano.
Los gremios industriales también están en vilo. En el SMATA, los mecánicos de Ricardo Pignanelli, donde hasta acá fueron todas rosas, ven venir un frente de nubarrones inquietantes. La caída de la producción de vehículos en los últimos tres meses y el menor nivel de ventas en Brasil, no parece el mejor cóctel para negociar salarios. La Unión Obrera Metalúrgica sigue el caso de cerca. "Cuando los mecánicos se resfrían a nosotros nos agarra neumonía", afirmó a este medio un peso pesado de la jefatura metalúrgica, que vaticina un "marzo bravísimo".    
Los reclamos, en casi todos los casos, adjuntan críticas y descalificaciones a la política económica del Gobierno. Si el anuncio del nuevo acuerdo de precios provocó escepticismo, ahora que está vigente, se lo apunta como un arma inútil para llegar con mejor clima a las paritarias. Hasta el mismo Caló dice que quisiera reunirse con Cristina Kirchner para plantearle "correcciones" a los valores de los "productos cuidados". Moyano va más lejos: lo encuadra directamente entre las medidas implementadas por el Ejecutivo para configurar un "ajuste salvaje" contra los trabajadores, en línea con una supuesta política devaluatoria.
El camionero, que viene de anunciar que a él le dio 25,09 por ciento la inflación de 2013, ya prepara su mejor sonrisa para posar con el mentor de la CGT Azul y Blanca, el gastronómico Luis Barrionuevo, en Mar del Plata. Se habla del 20 de este mes. Ambos saben que sería una foto más que irritativa para el kirchnerismo y, al mismo tiempo, una señal para que el resto de la constelación gremial vea que es posible "la unidad en la acción" contra la postura oficial de marcar la cancha de las paritarias; amén de otras cuestiones urticantes, como la millonaria deuda que el Gobierno mantiene con las obras sociales sindicales por fondos retenidos.
Se había dicho ya en este espacio que la pulseada de Daniel Scioli con Massa encontró terreno fértil en el ámbito gremial. El round de esta semana lo ganó el gobernador, porque al final la discusión de los docentes bonaerenses se hará en febrero y no este mes como pretendía el de Tigre. Capitanich, obvio, inclinó la balanza para el lado de Scioli, que igual deberá prepararse para el "horizonte de conflicto" que vaticinó la titular de la Federación de Educadores Bonaerenses, Mirta Petrocini. "Los docentes del distrito están casi 5 mil pesos por debajo de la canasta familiar mínima", informó la sindicalista.
 
Fuente: infobae.com
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