13.04.2019  |  Río Grande  |  ASESINATO DE VICTO CHOQUE

Acto en memoria del obrero Víctor Choque

La esquina de Ricardo Rojas y O´Higgins en Río Grande, donde se encuentra el monolito que recuerda al obrero de la construcción Víctor Choque, primer muerto en democracia en una protesta social, fue el escenario del acto en conmoración del trágico hecho sucedido el 12 de abril de 1995.

En el acto, que comenzó a las seis de la tarde, se hicieron presentes integrantes de la UOM Seccional Río Grande, de ATE, SUTEF, ANUSATE, SIPREN, CTA Autónoma y la Multisectorial por los Derechos Humanos, entre otros sectores. Se leyó un documento elaborado entre las distintas organizaciones convocantes, se colocó una ofrenda floral y el acto lo cerró el combatiente de Malvinas Horacio Chávez, dirigiendo unas palabras a los presentes.

El documento expresa:

“Hace 24 años una bala terminaba con la vida de Víctor Choque. Una bala pero muchos responsables que nunca tuvieron ni siquiera una sanción. El máximo responsable, José Arturo Estabillo, no sólo no fue procesado ni juzgado sino que siguió gobernando y pocos meses después, en una inexplicable falta de memoria, de empatía y de compromiso por parte de muchos fueguinos fue reelecto como gobernador. Y, quizás apelando nuevamente a esa falta de memoria, su nombre vuelve a aparecer como posible candidato. Si no hubo condena judicial somos responsables de que al menos haya una condena social.

Pero la muerte de Víctor Choque no fue un hecho aislado o casual. Fue producto de políticas neoliberales aplicadas a nivel nacional y provincial que hacían que las fábricas cerraran, que los trabajadores se quedaran sin su fuente laboral y que aquellos que habían venido a Tierra del Fuego buscando un futuro mejor se vieran obligados a emigrar.

Políticas neoliberales que sólo pudieron y pueden ser aplicadas acompañadas de represión, de violencia institucional, de palos y balas. Porque son políticas que benefician a unos pocos, los  mismos de siempre, y perjudican a gran parte del pueblo, a los trabajadores, a los jubilados, a los pueblos originarios, a los sectores más vulnerables de la población. Y solo con palos y balas se puede callar al pueblo y obligarlo a resignarse a bajar los brazos.

Dos años después de la muerte de Víctor Choque moría Teresa Rodríguez también por un disparo efectuado por la policía. Fue durante la pueblada de Cutral Co y Plaza Huincul, por reclamos gremiales. Esa mañana, un grupo de policías empuñó sus armas reglamentarias efectuando varios disparos contra la multitud. Una de esas balas mató a Teresa. Tampoco hay condenados por el asesinato.

Años más tarde, el docente Carlos Fuentealba era asesinado en Neuquén en el marco de un reclamo salarial. Fue el 4 de abril de 2007. Hubo represión de una protesta docente y cuando la marcha ya se estaba dispersando, el policía José Darío Poblete disparó, a menos de dos metros de distancia, una granada de gas lacrimógeno que impactó en la cabeza de Fuentealba. No hay responsables políticos condenados.

Hoy estamos nuevamente viendo como las políticas nacionales y provinciales se ensañan con el pueblo. Otra vez nos quieren hacer creer que la crisis, el desempleo, el hambre se soluciona con mano dura, sacando policías a la calle, bajando la edad de imputabilidad de los  menores, dando vía libre al -gatillo fácil- y a la mal llamada -justicia por mano propia-, premiando y aplaudiendo a policías asesinos como Chocobar, para aplicar estas políticas de destrucción de la clase trabajadora, de vía libre a los grandes capitalistas para apropiarse de nuestra fuerza laboral, de nuestras riquezas naturales, de nuestras tierras insisten en estigmatizar a las y los trabajadores que reclaman por sus derechos, a los grupos sociales que se movilizan, los pueblos originarios que no se dejan pisotear, a las y los pibes en situación de calles, a la gente que pelea cada día para poder sobrevivir.

Entonces le damos vía libre a las fuerzas de -inseguridad- y deja de importar qué hicieron con Santiago Maldonado; si le disparan por la espalda a Rafael Nahuel o a Facundo Ferreira, de tan solo ocho años; no importan todos los pibes asesinados por portación de rostro, por ser pobres, por haber nacido en el lado de los descartables para este sistema.

Nos acostumbramos a que nos repriman, a que nos maten a que nos hagan desaparecer y un día nos dejamos de preguntar por Oscar Vouillez o por Ezequiel Huirimilla.

Hace 24 años Víctor Choque fue asesinado y su muerte nos puso en alerta, nos recordó que, aún en democracia, para los dueños del país, la vida de muchos, vale muy poco. Por eso frente a la represión, a las balas, a los palos la única opción que tenemos es seguir reclamando, seguir luchando, seguir estando presente ante cada reclamo gremial o social.


Fuente: desdelasbases.com.ar

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