“En los últimos tiempos, se ha instalado una lógica que parece reducir la lucha sindical a una competencia por ver quién convoca a más días de paro, quién corta más calles o quién realiza medidas más extremas. Desde AMET rechazamos esa visión simplista y estéril, porque entendemos que lo que está en juego no es un podio gremial, sino el presente y el futuro de los trabajadores de la educación y de nuestros estudiantes.

Escuchamos con frecuencia que ‘hay que ganar la calle’. Pero la calle ya fue ganada muchas veces. Lo que falta es que esas acciones tengan efecto. Hemos visto marchas multitudinarias en reiteradas oportunidades sin lograr resultados concretos, sin que el gobierno tome las decisiones que debe tomar. Por eso, creemos que la clave no es insistir en la forma, sino lograr que las medidas generen un verdadero impacto en la mejora de las condiciones laborales y salariales de los docentes.

La verdadera defensa de los derechos docentes no se mide por la cantidad de días sin clases ni por la capacidad de llenar plazas, sino por construir estrategias firmes, responsables y sostenidas, con resultados reales. Muchas de las decisiones tomadas en el pasado desde un enfoque exclusivamente confrontativo no han revertido el deterioro de nuestras condiciones laborales. Por el contrario, hoy seguimos enfrentando salarios que no alcanzan, estructuras escolares deterioradas y un Gobierno provincial que no asume su responsabilidad.

Frente a este escenario, desde AMET elegimos sostener nuestras demandas dentro del marco legal, cuidando la legitimidad de nuestros reclamos y el vínculo con la comunidad. Porque también defendemos la educación pública desde las aulas, con los chicos aprendiendo, con las escuelas abiertas y funcionando. Esa es otra forma de luchar, quizás menos ruidosa, pero profundamente comprometida con lo que defendemos.

Cada día de clases perdido afecta especialmente a los hijos de los trabajadores, amplía las desigualdades y erosiona las oportunidades de quienes más necesitan del sistema público. Por eso, nuestras medidas no son contra los alumnos, sino contra un Estado ausente que elige mirar para otro lado frente al ajuste y la pérdida del poder adquisitivo docente.

Y aquí es fundamental dejar algo bien claro: esta no es una lucha de los docentes contra las familias. Todo lo contrario. Necesitamos del acompañamiento de la comunidad educativa en su conjunto -madres, padres, estudiantes, equipos directivos- para sostener a los alumnos en las aulas y reducir al mínimo la pérdida de días de clase. La lucha por mejores condiciones salariales y edilicias debe ser de todos. No podemos permitir que el docente quede aislado o sea responsabilizado por una situación que solo puede resolver el Gobierno, que es el verdadero empleador.

Esta jornada de lucha del 10 de abril es una medida legítima y necesaria. No responde a una lógica de competencia sindical, sino a una realidad que se vuelve insostenible para los docentes fueguinos: salarios que no alcanzan, escuelas en condiciones indignas y un Estado provincial que no ofrece soluciones de fondo. Esta medida de fuerza busca visibilizar una situación que afecta no solo a los trabajadores de la educación, sino a toda la comunidad educativa.

Invitamos a toda la comunidad educativa a unirse en esta demanda justa y necesaria. A exigirle al Gobierno provincial que se ponga a trabajar de manera urgente en la reparación de las escuelas, en la administración responsable de los recursos, y en la mejora de los salarios docentes de acuerdo al costo de vida fueguino. No se trata de cargar culpas: se trata de sumar fuerzas.

Nuestro compromiso es con los trabajadores, con los estudiantes, y con la educación pública. Seguiremos alzando la voz, con firmeza y responsabilidad, para que se escuche lo que muchos pretenden callar”.

Juan Carrizo, Secretario General

Prensa AMET Tierra del Fuego Regional XXIV

Fuente: gremialesdelsur.com.ar