17.09.2012 | Río Grande | SUTEF RÍO GRANDE
"La Noche de los Lápices
La seccional Río Grande recordó la noche del 16 de septiembre de 1976.
Este día, que recuerda un hecho represivo conocido como La Noche de los Lápices, trae a la memoria a un grupo de jóvenes estudiantes secundarios que fueron secuestrados por la última dictadura (1976 – 1983) en la ciudad de La Plata. Esta fecha es hoy un aniversario de alcance nacional porque en él se sintetizan muchos de los elementos más profundos de las memorias sobre el terrorismo de Estado y porque se trata de un hecho que atacó centralmente a los jóvenes.
A mediados de septiembre de 1976 en la ciudad de La Plata un grupo de estudiantes secundarios fue secuestrado por las Fuerzas Armadas. Entre ellos estaban: Francisco López Muntaner, María Claudia Falcone, Claudio de Acha, Horacio Ángel Ungaro, Daniel Alberto Racero, María Clara Ciocchini, Pablo Díaz, Patricia Miranda, Gustavo Calotti y Emilce Moler.
Durante su secuestro, los jóvenes fueron sometidos a torturas y vejámenes en distintos centros clandestinos, entre ellos el Pozo de Arana, el Pozo de Banfield, la Brigada de Investigaciones de Quilmes y la Brigada de Avellaneda. Seis de ellos continúan desaparecidos (Francisco, María Claudia, Claudio, Horacio Daniel y María Clara) y sólo cuatro sobrevivieron, Pablo Díaz, Gustavo Calotti, Emilce Moler y Patricia Miranda. Este episodio, por lo tanto, constituye uno de los crímenes de lesa humanidad cometidos por el terrorismo de Estado.
La militancia de los adolescentes es innegable, eran delegados de los colegios secundarios de La Plata y adyacencias y le agregaban la militancia en barriadas obreras y de trabajadores, donde asistían a alfabetizar, ayudar en la construcción de casitas precarias o bien colaboraban con alimentos y la comida, jugaban con los chicos y ayudaban a asfaltar la villa. Una realidad que se irradió por todos los espacios donde aquella efervescencia militante y de compromiso se esparció.
Fue el compromiso por lo mejor, lo superior, lo necesario, por lo buscado y por los ideales, tenían militancia político partidaria, eran jóvenes, se divertían pero esencialmente soñaron con un país mejor.
Muchos habían participado, durante la primavera de 1975, en las movilizaciones que reclamaban el BES (Boleto Estudiantil Secundario), un beneficio conseguido durante aquel gobierno democrático (Isabel Martínez de Perón) y que el gobierno militar de la provincia fue quitando de a poco –subiendo paulatinamente el precio del boleto- a partir del golpe del 24 de marzo de 1976. Por otro lado, buena parte de los estudiantes integraba la UES (Unión de Estudiantes Secundarios) y la Juventud Guevarista, entre otras organizaciones.
Cuando llegó el tiempo del secuestro y la tortura, la desaparición forzada, no importó sus edades o sus anhelos nobles, fueron obligados a sufrir las mismas humillaciones, simplemente por querer ser libres.